lunes, 25 de febrero de 2013

¡Qué hermoso es el fútbol! (a raíz del partido Milan: 2; Barcelona: 0, jugado el 20/02/13)

Otra vez el Deporte Rey nos embelesa y hace reflexionar sobre la vida misma, ya que a pesar de que la lógica se inmiscuya (“Debe ganar el mejor y si lo es del mundo, con mayor razón”), siempre puede darse un resultado inesperado (aunque para mí no, por la historia del Milan).

Este resultado nos ha recordado que por muchos factores el chico puede ganarle al grande, haciendo impredecibles los partidos y valorando los esfuerzos (algunos lo llaman en Economía “emprendurismo”) de aquellas personas (futbolistas con hambre de gloria) que ven en las dificultades que les plantea la vida retos y oportunidades para dar grandes saltos en su estatus.

Pasemos a analizar el partido que ganó Milan recordando la declaración que hizo antes su director técnico: si bien reconozco que vamos a enfrentar al mejor equipo del mundo, no nos consideramos como su próxima víctima. Me encantaron esas palabras, ya que cada jugador del Milan, cual orquesta sinfónica, tocaba un instrumento a la perfección y se visualizaba una gran música, puesto que cada uno hacía el trabajo diseñado por el entrenador.

http://www.rpp.com.pe/2013-02-19-massimiliano-allegri-nego-que-el-milan-es-una-victima-ante-barcelona-noticia_568621.html
Viejo zorro, Massimiliano Allegri, dejaba jugar al Barcelona hasta la mitad del terreno, permitiendole que desarrollara su juego horizontal de toques infinitos, buscando y aprovechando alguna grieta que se vislumbrara para encontrar el gol, como tantas veces lo ha hecho el cuadro catalán. Por su parte, la estrategia del Milan se iba asentando, ya que los dos puntas iban y venían con los marcadores del Barça, en vista de que estos son los encargados de abrir la cancha para que Messi y sus socios mágicos: Xavi y, sobre todo, Iniesta, penetren por el centro y marquen el gol.

Mientras tanto, los mediocampistas del Milan salían presurosos a apretar a Puyol y Pique cuando estos tenían el balón, considerando que ellos no son tan prolijos como sus compañeros a la hora de dar pases, induciéndolos al error o al pase fuerte, lo cual hacía que los mediocampistas españoles no recibieran cómodos y permitía el ordenamiento defensivo del Milan.

Por su parte, el Barcelona, a mi modesto criterio, pensó que jugando como siempre el resultado se iba a dar de manera natural. No quiero pensar que subestimaron al rival, incluido su técnico, pero se notaba que el Milan iba creciendo a medida que avanzaba el tiempo y sus salidas al ataque eran cada vez más seguras. Por el contrario, el técnico español no tenía respuestas e, inclusive, hizo ingresar al chileno Sánchez, craso error, ya que en mi opinión el juego de este, por su velocidad, necesita espacios y esos no los dio nunca el Milan.


Los goles, discutido el primero, fueron consecuencia directa y lógica del juego y planteamiento realizado por los italianos y un remezón para aquellos que creen que los partidos se ganan de antemano, por la camiseta, historia o estadísticas. Si esto fuera así, no estaríamos disfrutando todavía este partido y esperando la revancha en campo español. De hecho, el Deporte Rey nos tiene preparadas grandes jornadas y así como en la vida se gana, se empata o se pierde, lo que no debe faltar es actitud.

Discúlpenme los lectores una licencia personal en este comentario sobre el deporte. Este partido me ha hecho recordar una frase que me dijo mi padre: “No te consideres mejor que nadie, pero NUNCA inferior a nadie”.

Un amante del fútbol, desde Chorrillos, Lima.

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